
Era un hombre que se ponía más bien cansino, pero nunca le faltó pasión en aquello que hacía, y además lo hacía con optimismo. En definitiva, un tío admirable. Hoy repiten hasta la saciedad su famosa frase
La vida puede ser maravillosa, pero a mí me gusta más aquella de
No hemos venido a este mundo a sufrir. Y no hay nada más que decir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario